En el convento habían jóvenes internos y externos que estudiaban con él. Sus amigos eran Antero, quien le presentó a la joven que le llegó a gustar después de un tiempo, Palacitos, el Lleras que era un joven malo, el Añuco amigo del Lleras que se va con un hermano del convento para también ser en un futuro él; Valle, que era el más culto de todos y galante con las jóvenes de las haciendas. Hizo una fuerte amistad con Antero, que le presento a Salvinia y quien le obsequio su primer zumbayllu, el movimiento de éste hacian parecido a los rios profundos del Perú, la batalla entre los menores y los mayores para ver quienes lo hacian girar más y quién se los quedaba.
Hubo la situación de un motín por la falta de sal, donde estuvo involucrada doña Felipa. Tiempo después llegó una peste, por lo que tuvo que salir de Abancay, se despidio de Salvinia con un ramo de flores. Los colonos hicieron la persecución de doña Felipa pero logró huir, y no la atraparon.
INFLUENCIA QUE RECIBIÓ EL AUTOR.
La influencia que recibió el autor para ser escritor fue en la ciudad de Lima, en cambio para escoger los temas de su obra han sido la directa influencia de la convivencia con los indios de la serranía del Perú.
A los 18 años cuando llegó a Lima, hablaba con dificultad el castellano y debió sufrir mucho para asimilarse a la lengua y a las costumbres de la costa. Supo del dominio absoluto del terrateniente dueño real y trágico de vidas y haciendas.
Con la vivencia imborrable a cuestas llegó a Lima para hallar en los escritores peruanos que habían descubierto al indio 4 siglos después que los conquistadores. En ese instante surgió su vocación de escritor.
La entrega total al tema del indio le hizo seguir un doble camino, el de la investigación científica y la creación literaria.
Como etnólogo es el conocedor más penetrante y completo del folklore quechua. Antes que el, los escritores peruanos vieron al indio con curiosidad y desdén, incluso con oculto sentimiento racista.
Con Arguedas, el indio ingresa de verdad en la literatura peruana, y también la belleza sombría de los andes, sus contradicciones profundas, su tierra, su poesía, sus mitos. Ante tanto dolor acumulado Arguedas tomó conciencia de la dignidad del hombre, su solidaridad le llevo a dar clases gratuitas del castellano a los indios de Sicuani.
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